viernes, 26 de febrero de 2010

SIN CORAZON, HIGADO NI PULMÓN

Hoy día me preguntaron cuál era mi postura respecto a la donación de órganos. Me pareció interesante el tema así que permítanme hacer un breve paréntesis en tema de las íes y a continuación voy a publicar mi respuesta. Espero sus opiniones por supuesto!!

Como cristianos tenemos que obedecer la Palabra de Dios y siendo el tema de la donación de órganos un tema extrabíblico, es decir, que no se encuentra especificado explícitamente en las Escrituras, entra al ámbito de la ética y la moral. Algunos estarán de acuerdo y otros, por supuesto, no y otros tendrán sus reservas, pero en lo que sí estamos de acuerdo es en el respeto a la vida y que por tanto la única persona que puede decidir entre la vida y la muerte es Dios. Ni tú, ni yo, ni los médicos, ni los pastores, ni los curas, ni nadie más que Dios. Nuestra legislación y la de la gran mayoría de países requiere del consentimiento familiar para realizar la extracción de órganos, así que la decisión, a pesar de haber expresado nuestra voluntad recae en quienes dejamos atrás, por ello, la pregunta que viene al caso sería ¿ podemos decidir si donamos o no los órganos de nuestros seres queridos? ¿debemos respetar el deseo de la persona a pesar de nuestras creencias u opiniones?

Vayamos por el principio. Sabemos que la donación se realiza de personas con muerte encefálica. La muerte encefálica o cerebral se entiende como el cese irreversible y permanente de la funciones de todas las estructuras cerebrales, lo cual es incompatible con la vida. Se sabe, que indefectiblemente, una persona con muerte encefálica, en un corto período de tiempo hará un paro cardíaco, dado que la respiración y el soporte de vida se realizan en forma artificial. El cerebro controla las funciones vitales básicas, las funciones cognitivas, el proceso del pensamiento, es decir controla y sustenta la vida. Partiendo de aquí y para formarnos una opinión clara del asunto debemos tener en cuenta que y contrario a lo que la mayoría de las personas piensa, los órganos se extraen mientras el paciente está vivo, ya que una vez que el corazón deja de latir, los órganos se contraen y no son viables para trasplante. Por tanto, una vez declarada la muerte cerebral, el paciente debe ser mantenido con respiración artificial y drogas específicas para mantener los órganos con vida.

Ese solo factor presenta el meollo de toda la controversia respecto a nuestra concepción de la muerte, físicamente hablando, puesto que de algún modo consideramos que “sigue vivo mientras siga respirando, mientras su corazón continúe latiendo”. Entonces, ante tal situación pensamos ¿qué tan confiables son los métodos científicos para determinar la muerte encefálica o cerebral del paciente? ¿consideramos la muerte como tal a pesar de que el cuerpo continúe trabajando con soporte de vida? ¿cuándo alguien está muerto sin posibilidad de continuar viviendo? ¿no es posible que Dios haga un milagro?

A partir de aquí ya entramos en el tema moral y ético, por lo que nuestras decisiones deben basarse en las respuestas que tengamos a esas preguntas. Algo para tener en cuenta es que la gran mayoría denominaciones religiosas están de acuerdo con la donación de órganos, en cuanto a lo que a nosotros respecta, las Asambleas de Dios, los bautistas, los pentecostales, los luteranos e incluso el judaísmo, por ejemplo, no tienen una norma oficial con relación a este tema, la decisión se la dejan al individuo y en algunos casos la apoyan*.

Personalmente estoy de acuerdo con la donación de en órganos en vida y por muerte cerebral. En el primer caso, no solo podemos donar sangre, también, tejidos, órganos (total y parcialmente) piel, médula ósea, óvulos, semen, entre otros, en cuyo caso continuaremos viviendo, y en cuanto al segundo caso, creo que una vez comprobado que el paciente no continuaría viviendo sin soporte de vida, es decir, presente muerte cerebral, entonces, para mí, ya está muerto, así que si mis córneas o mis pulmones pueden darle la posibilidad de vivir o mejorar la calidad de vida de otras personas, pues se los regalo y con mucha alegría, al menos de mi parte y tengo la esperanza que de darse el caso mi familia respete mi voluntad.

¿Dios puede obrar un milagro? Sí, él puede, a pesar de que te hayan sacado los ojos, el hígado, los riñones y el corazón. Si pensamos que si nos quitan los órganos Dios no nos puede resucitar, entonces no conocemos al verdadero Dios Todopoderoso del que hablan las Escrituras: recordemos que Dios no está sujeto a nuestras limitaciones y leyes físicas ¿acaso sería la falta de algún órgano un obstáculo cuando Dios quiere obrar su voluntad? Para muestra un botón: Lázaro estuvo muerto, sus órganos estaban putrefactos, en resumen, ya era comidita de gusanos, pero la Biblia da testimonio de que Dios lo resucitó y ni qué decir de Jesús, había muerto hace tres días, sus pulmones habían colapsado, no tenía una gota de sangre, en fin, en resumen su cuerpo estaba destrozado ¿acaso él no resucitó? ¿acaso Dios no hizo un milagro?
K-riños
· Fuente : http://www.donatelifenm.org/spanish-religiones.htm

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