viernes, 25 de diciembre de 2009
FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!
lunes, 26 de octubre de 2009
FOTOS DE LA MARATON RPP 2009
sábado, 24 de octubre de 2009
HECHOS#4: SANO EQUILIBRIO
Nunca como en este tiempo se ha visto tanto activismo dentro de nuestras congregaciones. Que si la música, que si los cursos, que si la reunión, que si el evangelismo, ayuda social, que si el paseo, la jornada de trabajo, el grupo familiar, el grupo de oración, la vigilia, el ayuno, etc. Creo firmemente que una congregación saludable debe contar con los recursos tanto humanos como logísticos (y con eso me estoy refiriendo a todo lo material) para atender sus propias necesidades y las de su lugar de influencia. Una congregación sana no debe carecer de recursos para ayudar a los pobres o de algún hermano que reciba a la gente, o de un maestro, un líder, un pastor, etc. la Palabra de Dios es clarísima al respecto: el que llama al ministerio y suple de obreros es Dios: ni tú, ni yo, ni el pastor, ni el anciano, quien llama y equipa es el Espíritu Santo, seguramente estarán de acuerdo conmigo. Ahora bien, es cierto que Dios nos llama a realizar la obra y a cumplir con nuestro ministerio, como dice, la mies es mucha y los obreros pocos, siempre somos pocos y ese es otro hecho. Pero acompáñenme un paso más adelante ¿qué sucede cuando estas actividades/obras/ministerios pasan a ocupar un lugar predominante en nuestras vidas? ¿qué pasa cuando empezamos a usar la vara para medir el nivel de “compromiso” de nuestros hermanos en relación con el servicio a la iglesia? ¿Qué pasa cuando nuestra vida en vez de ser de bendición para quienes nos rodean se convierte en un constante quebradero de cabeza? En resumen, cristianos involucrados en sus congregaciones mañana, tarde, noche, medianoche, sábados, domingos, feriados y fiestas de guardar ¿o no?
No puedo negar que siempre he sido de las que está metida en todos los cursos de la Academia Bíblica, el seminario este, el curso aquél, domingos en la mañana, domingos por la noche, ensayo, reunión, culto de media semana…en fin y tuve que aprender a cocachos que es imprescindible y voluntad de Dios, que exista un sano equilibrio en todos los aspectos de la vida. Pero para llegar a esa conclusión, debemos entender algunos puntos:
- El servicio/obra no se realiza exclusivamente dentro de la congregación, hay muchas formas de servir y no todas están enumeradas en la Biblia, a ver, díganme ustedes ¿es que el que predica hace mayor bien que el que viste a un pobre? ¿o es el que canta más ungido que el que predica en su oficina o en su colegio? ¿es que da mejor testimonio el ujier que un ama de casa? Me viene a la mente ese pasaje que dice: “No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los Cielos…”
- La salvación no es por obras, mi salvación o mi santidad no están entredicho porque no andemos involucrados en todas y cada una de las actividades, que ofrendemos para todas las obras, que estudiemos todos los cursos, talleres, seminarios, que participemos de todos los cultos…de la congregación. No pues, ya sé lo que dice Santiago 2:18 y lo he repetido hasta el cansancio, no saquemos un texto fuera de contexto, digámoslo completo y cito:
Santiago 2:14-19 (NVI)
Y, entonces ¿se dan cuenta? Apliquemos pues, no es entonces el que va a los cultos, el que hace la voluntad de Dios y eso se traduce no en los estándares de la iglesia evangélica actual, sino en el estándar bíblico. Pero nosotros le hemos dado otro significado, es decir, nos hemos abocado a servir, servir, servir para demostrar nuestra fe y eso es absolutamente incorrecto, las obras son resultado de nuestra fe y no viceversa e insisto nuevamente en que dicha obra/servicio no exclusivamente para el día de culto o para dentro de la congregación y aclaro, que no me estoy refiriendo para nada a la práctica del ministerio dentro del marco congregacional, no mezclemos las cosas.
- Estoy segura, que además, me refutarán con la parábola de los talentos, que si Dios te dio y tú no hiciste nada Dios te lo quita y se lo da al que tiene más… ahhh mira tú… y ¿qué hay con la familia que Dios entregó a tu cuidado? Y ¿Qué hay con el trabajo que Dios te dio para sustentarte? Y ¿qué con las amistades que Dios te dio? El punto aquí y vuelvo al mismo tema, es que tenemos varas diferentes para medir las “cosas de Dios” y las “cosas del mundo” como les queremos decir: nos llenamos la boca diciendo que Dios es nuestro proveedor y no cuidamos nuestro trabajo porque tenemos que irnos volando al seminario, no tenemos un día para pasar con tranquilidad en familia porque tenemos ensayo, reunión de jóvenes, vigilia y que sé yo, tu amigo quiere hablar contigo y no puede captar tu atención por más de un minuto por vez porque tienes que atender a tu grupo de jóvenes, de pronto tu salud empieza a declinar y no vas al médico hasta que el asunto ya es grave porque el médico atendía en el horario de evangelismo y cosas por el estilo. No podemos mantener un ritmo de vida acelerado priorizando las actividades eclesiásticas sin que se resientan las otras áreas, quizá nos podamos mantener a flote durante un tiempo, pero no por siempre. Y luego nos preguntamos alarmados y estupefactos ¿porqué el índice de divorcio entre cristianos se ha incrementado últimamente? ¿porqué tanto cristianos con crisis económica? Y un largo etcétera.
- ¡Cómo nos encanta que nos feliciten por el trabajo que hicimos! O que nos digan que nuestra enseñanza estuvo buenaza y que wow como los ha bendecido y cómo nos encanta aclarar que no somos “cristianos domingueros” como siempre digo, nos encanta sentarnos en nuestro trono de superioridad y mirar hacia abajo a quienes no llenan nuestros absurdos estándares y más absurdo aún es que los demás se sientan mal por creer que no están a la altura de esos absurdos estándares: demasiados absurdos caray! Menospreciamos y menospreciamos y no me digan que no es cierto ¿ o “calienta bancas” no les suena conocido? Y lo digo porque en algún momento yo he hecho lo mismo, así que santa paloma no me creo. Entonces, juzgamos a nuestros domingueros y ¿acaso en algún momento les hemos preguntado porqué van solo los domingos? ¿es que Dios hace alguna diferencia entre aquellos que sirvieron mucho y aquellos que no? ¿cómo sabes tú que esa persona que va tan solo el domingo no predicó a más personas que tú o que dio de comer a alguien que no tenía o que ofrendó para algún pobre o que visitó a algún enfermo o abrazó a algún desconsolado? ¿no es esa también la voluntad de nuestro Padre, no es eso también obra?
- Ahora, hemos convertido al sermón dominical en el alimento principal de nuestro menú espiritual y la congregaciones han alentado con entusiasmo este desbalance nutricional, logrando así que vivamos dependientes de las enseñanzas que imparten otros para aplicar la Palabra de Dios a nuestra vida; nos hemos vuelto flojos, queremos que nos den todo por cucharitas, que lo desglosen para nosotros, que lo expliquen para “entenderlo mejor” y no nos preocupamos siquiera de comparar esas enseñanzas con la Palabra de Dios y convertimos en doctrina enseñanzas equivocadas o basadas en la opinión personal del pastor o maestro y ahí viene el problema, porque si no vamos el domingo, pues tenemos hambre toda la semana, nos pueden decir cualquier cosa y “como lo dijo el pastor” ah pues entonces es cierto, además si no te congregas el domingo ahh pues algo está mal contigo. No pues. De ningún modo. Mi principal alimento viene de mi meditación personal de la Palabra de Dios, de lo que Dios me dice a mi, no lo que le dice a otros, no podemos depender del sermón dominical, es como almorzar una vez por semana! Usemos nuestros propios cubiertos, enseñemos a usar el tenedor y el cuchillo, porque no sabemos que puede suceder mañana, hoy gozamos de libertad de culto, pero quien sabe si mañana prohibirán a los cristianos reunirse, o quien sabe como me pasó a mí, que a veces voy al servicio y mejor me hubiese sido no ir porque no recibí un comino por culpa de los oídos y por ende no me edificó en nada y si no hubiese aprendido a usar mis propios cubiertos hoy estaría en nada, espiritualmente hablando.
Luego, la primera responsabilidad del hombre es su familia, Dios creó a Adán y luego a Eva y les dijo que vayan y sean una familia; Pablo dice, por ejemplo, que el que desea obispado debe gobernar bien su casa, ser marido de una sola mujer, hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto, etc… ¿Qué quiere decir? No podemos ir al a congregación a servir y dedicar el tiempo que le pertenece a nuestra familia, nuestro principal testimonio de vida e integridad como cristianos lo damos dentro de nuestro grupo de influencia: familia, amigos, compañeros. Como parte de esa responsabilidad, debemos ser proveedores de nuestra familia y por favor, ya no vivimos en la edad media, las mujeres también trabajamos y aportamos para el bienestar de nuestra familia, sea que trabajemos fuera de casa como en ella. Lo cual quiere decir, que debemos cuidar nuestro trabajo, ser responsables y por supuesto, como me dijeron en algún momento “trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar”, claro muy cierto, pero tampoco vivimos en una burbuja pues, si quieres el trabajo soñado: duérmete y sigue soñando. Lo sé, suena mal, pero es que abramos los ojos, este tiempo es acelerado, competitivo y exigente, no podemos pedir un trabajo de 9 a 5 y ganar una millonada o que no nos demande nada de nosotros, ya lo dice la Palabra de Dios: el que no trabaja que no coma, entonces, allá tú como consigues tus frejoles, pero no pretendas recibir bendición financiera si no le das a tu trabajo el tiempo o no le pones la dedicación que corresponde.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
HECHOS #3 / FACTS PART 3
Yo: Mira darling ¿qué puedes asegurar con tanta frescura acerca de lo que yo hago o dejo de hacer?
Ella: Ah pues, que si hubieses cortado esa maldición ya estarías sana, también la de tus oídos y la del…
Yo: ¿O sea que si como o no como, si oigo o no oigo es porque tengo una maldición? ¿o si me enfermo también tengo una maldición o no oro los suficiente? Estás recontra equivocada, oye.
Ella: Ah ¿entonces porqué sigues sin comer ah? Ya ves… la Biblia dice que si pidiéremos con fe y de acuerdo a su voluntad nos será hecho, algo hay por eso Dios no te ha sanado pues, es súper obvio.
Yo: Watson en primer lugar no me alimento como camionero porque “se cuidar mi cuerpoooo” y no ando zampándome diez mil calorías al día y luego andar diciendo que tengo una maldición generacional de sobrepeso en mi familia, no cheka, tienes que aprender a cerrar el pico y asumir que si estás gorda es por tu culpa, ni es una maldición, ni es culpa del diablo. En segundo lugar, tú no estás dentro de la mente de Dios para saber porque hace o no hace las cosas, así orásemos diez mil horas bajo la lluvia, sobre chapitas y en ayuno permanente si Dios no quiere ¡MANAN!
Ella: La oración “mueve” la mano de Dios.
Yo: ¿Y desde cuando Dios es mi chulillo? ¿O Dios es un títere? ¿Qué te pasa? ¡El no es nuestro mandadero! Dios haz esto, Dios haz lo otro y ¿porque yo lo digo lo tiene que hacer?…juuuaaat?
Ella: Ay, no se puede hablar contigo (se molesta y me tuerce el gesto, la comprendo, cuando me dan cuerda soy inaguantable, me dio penita…snif…).
Yo: No te me sulfures darling, lo que pasa es que si hay algo que odio son los sinsentidos, las doctrinas incoherentes y los “cristianos” que se sientan en su trono de supuesta justicia, se juran intocables e infalibles y andan señalando con el dedo la paja en el ojo ajeno y sin mirar el tremendo palazo que tienen en el suyo…no te sientas mal, no es tu culpa, tu doctrina está un poco entreverada, eso es todo.
Entonces, hablemos nuevamente de “hechos”. El cuerpo humano es una maravilla: ese es un hecho. El cuerpo humano se enferma, envejece: ese es otro hecho. Dios obra milagros: Eso es absolutamente innegable, PERO por algo se les llama “milagros” es decir, una intervención divina y sobrenatural que rompe las leyes naturales a favor de alguien en una circunstancia específica.
Así que, dejémonos de cuatro cosas y hablemos con la verdad.
Tomemos como ejemplo el problema de sobrepeso de esta X persona: si nosotros comemos y comemos como marabuntas no hay que ser un genio para darnos cuenta que vamos a engordar, que circunstancialmente dentro de esa familia exista un problema de sobrepeso no es excusa para tirarnos a la bartola y echarle la culpa del problema a una maldición generacional o al pobre diablo, lo cual significa que hay ciertas circunstancias que nos toca vivir que son de nuestra responsabilidad (por mi culpa, por mi culpa y por mi gran culpa) porque: no cuidamos lo que comemos, vivimos una vida sedentaria, no descansamos lo suficiente, hacemos cosas que no debemos hacer, nos descuidamos, gastamos más de lo que ganamos, andamos endeudándonos, no tenemos paciencia, no sabemos sujetar nuestra lengua, no tenemos dominio propio, no trabajamos (y encima esperamos que nos lluevan mangos!) y qué sé yo, cosas por el estilo. Hay otras que se deben a factores ambientales y/o estacionales (por fin algo que no es nuestra culpa, eh?) como una gripe, una virus estomacal, un brote de varicela, whatever. Y también están las que suceden nada más, no sé un accidente, un robo, algo se te perdió…etc.
Saquémonos de la cabeza de una buena vez la idea de que ser cristianos es una vacuna contra las enfermedades, problemas económicos, emocionales, familiares, accidentes, metidas de pata, tontedades y un largo etcétera; tampoco que si cualquiera de estas cosas te sucede a ti o a alguien es porque es portador de una “maldición generacional” o es un cristiano incrédulo o frío o tiene un “pecado oculto” o algo malo pasa en su vida. No necesitas pasar por una consejería, liberación, encuentro o desencuentro porque te despidieron o porque no te alcanzó el dinero o porque te dio la gripe porcina o porque te caíste de trasero por las escaleras. Antes de lanzarnos con todo contra el diablo o romper una maldición generacional (óiganme esas cosas no funcionan como hechizos, por siaca) DETENTE, RESPIRA Y SÍ, ANALIZATE. No pierdas el tiempo si te caíste porque el piso estaba mojado y te fracturaste el brazo (y ahora no me digas que el diablo mojó el piso…), si te dio la gripe porcina anda tómate tu Tamiflú, si tienes el colesterol elevado deja de comer grasas pe oe, si no te alcanza la plata analiza tu presupuesto, no te endeudes y si quieres ese televisor de plasma de último modelo color negro de 72” que está ya no ya, ahorra pues! Una vez que hemos asumido nuestra responsabilidad dentro de la situación que estamos atravesando, ahí sí, ahondemos, ahí sí te apoyo, ahí sí veamos si de verdad lo que te sucede se debe a una maldición generacional o un pecado oculto o algo por el estilo. Mas si después de haber hecho lo que debes hacer con el diablo, con la maldición, con el pecadillo aún no pasa nada, don’t worry, que no te salgan canas prematuras por algo que no está en tus manos hacer, porque comprendamos que las intervenciones sobrenaturales son de jurisdicción celestial, es decir si Dios quiere y El siempre tiene la razón y no nos corresponde a nosotros cuestionarlo. Se que quizá hoy no veas el camino de salida, quizá no veas la solución y tu futuro se ve más negro que el agua del río Rímac, ten la absoluta certeza de que Dios está al tanto de tu problema, no creas te está ignorando, por supuesto que te escucha y a El no se le pasa absolutamente nada.
Vivir con esperanza es bastante difícil incluso para aquellos cuyas circunstancias no son tan duras y ciertamente tendemos a sobredimensionar los problemas porque éstos nos aturden, nos abruman, nos ciegan de tal forma que todo se vuelve denso y oscuro; sin duda alguna, no perder la fe y la esperanza es todo un logro en un mundo donde reina el escepticismo incluso dentro de la iglesia, pero tampoco podemos tapar el sol con un dedo, mirar hacia otro lado e ignorar los problemas porque creemos que nada nos puede tocar por el hecho de ser cristianos. Todo extremo es una debilidad, tanto si agrandas las cosas como si les restas la debida importancia y de ambas debemos cuidarnos, estar alertas.
¿Saben? Siempre me hacen la misma pregunta: ¿porqué crees que Dios no te ha sanado todavía? Y yo siempre les contesto lo mismo “No sé” pero, sino estuviese atravesando esta situación estoy más que segura que mi vida sería absolutamente distinta y créame, se los digo en un arranque de cruda honestidad, de esas que son raras en mí porque no le digo nada a nadie (sorry, es que vivo pa’ dentro como el caracol): no cambiaría un segundo de lo vivido porque me trajo hasta aquí y hoy puedo ver mi vida desde otra perspectiva, desde un ángulo que no hubiese podido apreciar antes. Sí, se me desenfocó la vida, me cambiaron el guión en pleno rodaje, perdí mi perspectiva, tuve que reconsiderar mis metas, es decir, me voltearon la torta, pero si algo aprendí (y continúo en la escuela) es que se puede vivir con esperanza con los pies bien puestos en la realidad y que además a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien y yo doy fe de ello.
La Rorra
martes, 1 de septiembre de 2009
HECHOS#2: EMAIL A LOS CRISTIANOS DEL PRIMER SIGLO
¡Rayos! Cómo nos gusta que nos calienten la oreja ¿no? Como que ser cristiano es un deporte: si haces lo adecuado, si oras lo suficiente, si ayunas una vez al mes o dos o cuatro o seis, si tienes la medida de fe... y así predicamos ahora, en evangelio fácil, un evangelio de remate, for sale. Ahh porque si estas enfermo, si no tienes plata, si el matrimonio se te derrumba, si te caes de trasero en la escalera, si estas depre, si te asaltan o que sé yo, entonces, no estas en bendición pues, estás fuera de la voluntad de Dios, seguramente tienes un pecado oculto o eres un cristianos frozzen.
Luego me puse a pensar en los cristianos del primer siglo, esos, que fueron carne de cañón, los primeros en recibir el impacto de las baterías del diablo. ¿Cómo los catalogaríamos? ¿Con qué vara los mediría nuestra doctrina actual?
Imaginemos por un momento que somos una empresa o mejor aún, para que no suene tan mundano y más cool una ONG. Ellos quieren los registremos para que luego les demos cobertura (cosa con la que no estoy muy de acuerdo tampoco) y nosotros les enviáramos un email de respuesta cuyo tenor iría más o menos así:
“Estimados cristianos del primer siglo:
En respuesta a su solicitud para la inscripción de su congregación en el registro de “BUENOS CRISTIANOS Y SANTOS MARTIRES” de propiedad exclusiva de nuestra organización, para lo cual nos hicieron llegar múltiples testimonios escritos y orales, hemos analizado su caso a la luz de la “sana doctrina” y sentimos mucho comunicarles que su solicitud ha sido rechazada.
Nuestra decisión obedece a que en nuestra base de datos hemos observado un déficit de oración (de contar con superávit Dios los hubiese escuchado y no habrían sido digeridos por los leones) igualmente, su nivel de fe se encuentra por debajo de los cánones establecidos por la OCB (Organización de Cristianos Bendecidos) en cuyo caso, de haber alcanzado la medida reglamentaria de una semilla de mostaza, hubiesen podido evitar la pérdida de su valioso patrimonio corporal, al mismo tiempo que han demostrado un desconocimiento absoluto de las condiciones obligatorias para alcanzar los beneficios de los que gozan los verdaderos ciudadanos del Reino de los Cielos entre los cuales se incluyen: protección, provisión, salud, restauración, etc. (sírvanse consultar el manual adjunto, en el ítem: “Consideraciones para los postulantes a la visa de residencia y/o nacionalidad celestial).
Dado que casi la totalidad de los miembros de su congregación se mantuvieron de incógnito, no contaban con un local congregacional (según sus referencias se reunían en cuevas), fueron devorados por los leones, así como también aserrados, lapidados, vituperados, ahogados, encarcelados y perseguidos, entre otras situaciones inaceptables detalladas en nuestro reglamento y que además según las últimas investigaciones y tesis de nuestros excelentísimos doctores en teología se ha detectado que muchos de los actuales postulantes se encuentran en crisis financiera, con problemas de salud (sean estas recientes o de naturaleza hereditaria, en cuyo caso, se les reportaría ante las autoridades competentes por ser portadores de una “Maldición Generacional No Confesada”, comúnmente conocidos como “oprimidos caletas” a fin de ser internados y recibir liberación de urgencia) o que han sufrido algún tipo de accidente (sean estos provocados o no) los han tomando como ejemplo y por tanto carecen de todas y cada una de las cualidades requeridas en nuestros estatutos para ser considerados miembros de la sacrosanta concilum solemny honoris causa OCB, hemos determinado además considerarlos personas non gratas, cristianos fríos, filisteos incircuncisos o cualquier otra denominación con la que las distintas sedes internacionales suelen etiquetar a personas ingenuas como ustedes.
Sin embargo, el concilio de la OCB, en un gran despliegue de magnanimidad, ha determinado concederles un recurso de apelación, para lo cual deben cumplir con los siguientes requisitos indispensables:
- Orar un mínimo de dos horas todos los días.
- Leer un libro completo de la Biblia diariamente (dos si son libros de menos de 20 páginas).
- Diezmar aunque no le caiga un peso.
- Ofrendar del peso que no le cayó.
- Comprometerse a dar ofrendas especiales, llámense, pro construcción del local, pro compra de alfombra, pro compra de guitarra fender electroacústica de cedro enchapada en madreperla, pro sanidad interior, pro sanidad exterior, pro sanidad media, pro sanidad del uñero del pie derecho del hijo del hermano del sobrino del amigo del hijo del pastor (todo ello aunque usted no tenga para comer) y cosas por el estilo.
- Asistir a todos los cultos, conciertos, seminarios, clases, ágapes, oraciones, encuentros, desencuentros y parranditas que convoque la congregación.
- Comprar todos los libros, separatas, publicaciones, cds, vcds y similares de nuestra congregación.
- Estar de acuerdo con todas las prédicas, sermones, consejos y doctrinas de nuestra congregación.
Todos estos requisitos deben estar apropiadamente documentados y avalados por los santísimos e infalibles miembros de nuestra congregación y deberán ser remitidos a nuestras oficinas.
PD: Estas condiciones están sujetas a ampliación y a evaluación.
En el amor de Dios,
Comité de admisión y ética
Organización de Cristianos Bendecidos
Cc: San Pedrito, San Marcos, San Inocencio, San Pancracio y San Guchito”.
Sí pues, aunque me excomulguen.
domingo, 30 de agosto de 2009
Would u spend the freezing in Puno?
Remember, a blanket can save the life of a child. Together we can make a difference.
domingo, 23 de agosto de 2009
HECHOS / FACTS
sábado, 20 de junio de 2009
FAR , FAR AWAY....
miércoles, 18 de marzo de 2009
UNA NUEVA VERSION DEL PERDON
Reflexionando acerca de algunos eventos recientes, estuve ahí dándole manija al asunto del perdón y llegué a la conclusión de que nos hemos creado una nueva versión del perdón o de aplicar el perdón, uno made just 4 u o hecho a tu medida... como más nos guste llamarlo. Porque, hablando en serio, para quienes somos cristianos es súper fácil decir: “SI HE PERDONADO, TE PERDONO, ¿YO GUARDANDO RENCOR? AY NO, COMO CREES SI SOY CRISTIANO” – y cosas por el estilo...o no?.
Nos hemos convencido (o nos han convencido) de que por el simple hecho de decirlo en voz alta osea- "confesarlo" y sin más, se convierte en realidad, en una verdad irrefutable, osea “yo perdono a fulano, sultano y perensejo, punto”. Como si la onda de la “confesión positiva” (con lo que dicho sea de paso, no estoy muy de acuerdo) conjurara, al mismo estilo de Harry Potter, un hechizo de perdón instantáneo, y eso, por supuesto no es exclusivo del perdón, se aplica a cualquier otra área y si no lo crees: no tienes fe, eres un cristiano frío, no tienes comunión con Dios y toda la baraja de sandeces con las que etiquetan a quienes no creen ciertas doctrinas o no les siguen la corriente.
También está el asunto de la “sanidad del alma”, ojo no tengo nada en contra de ello (a pesar de que es extrabíblico), simplemente estoy en contra del abuso del que ha sido objeto, se ha convertido en la muletilla, lo imprescindible para poder perdonar, por tanto nos aferramos a esta excusa para hacernos de la vista gorda con la falta de perdón y ya nos encontramos con cosas como “necesita sanidad del alma, necesita ministración, es que no hay consejeros en la iglesia, tiene un espíritu seguramente” y bla, bla, bla... Siempre la vía fácil, caray!.
Lidiamos con tantos problemas a diario, que una cosa tan minúscula como un pequeño resentimiento, una miradita de odio, una palabrita viperina, un deseo malvadín, las pasamos por alto y ni caso les hacemos, total:
“somos humanos, no tiene nada de malo”
“ ¿¿¿pero es qué no ves lo que me ha hecho???”
“ No es la primera vez”
“Por si acaso, el único perfecto es Dios”
“Una cosa es que perdone y otra que olvide, ni tonta que fuera”
Lo tratamos como al asunto de la “mentirilla blanca” (Ay Diosito perdóname por fis ¿ya?) y aquí no pasó nada. Y así, sin darnos cuenta, permitimos que esa pequeña semillita germine y brote una raicita de amargura. De ahí, luego de un tiempo, nos encariñamos con la dichosa plantita, la regamos y alimentamos hasta que se convierte en un frondoso arbolito, al que luego, por puro gusto, lo podamos cual bonsái. Ya no lo vemos igual, es “mí arbolito, mí bónsai, mío, mío de mí”, atesoramos nuestros dolores con codicia y nos cuesta dejarlos atrás.
Siendo justa con los de mi especie, a veces, esa amargura- resentimiento está tan arraigado y es tan antiguo que se encuentra firmemente cosido a la estructura de nuestro temperamento/personalidad y ni cuenta nos damos o lo hacemos y no nos importa o lo justificamos. Poniéndolo de otro modo, se convierte en la excusa perfecta para nuestras acciones y reacciones, para evadir responsabilidades o chantárselas a algún otro. No es fácil ir y decir “PERDÓN O TE PERDONO” osea, decirlo de verdad, porque involucra a nuestro ya adolorido corazón y siempre nos ronda el temor de que nos vuelvan a hacer lo mismo y que nos rechacen, nos manden por un tubo o nos ignoren, es decir, somos vulnerables, nos ponemos en manos del otro y eso no nos gusta y por último está el muy conocido “¿Porque yo si fue el otro?”.
Pedir perdón, sobre todo si creemos que no es nuestra culpa es un K.O. al orgullo, un bofetón a nuestro ego, porque es archi conocido que no es fácil enfrentarnos a quienes nos lastiman, sobre todo si se trata de quienes amamos, por tanto, no es fácil, porque no nos gusta morder el polvo, verdad?.
Veamos: el “Yo no confío en nadie”, por ejemplo, puede traducirse en “me engañaron, abusaron de mi confianza, me traicionaron, me desilusionaron, contaron mi secreto”, por tanto, se convierte en una excusa para ser suspicaz (es decir, receloso, inclinado a la sospecha y a la desconfianza). Póngale el ejemplo que más les guste...
Hay que hilar fino aquí: Nos encanta sentarnos en nuestro trono de superioridad con el dedo acusador apuntando a todos los “filisteos incircuncisos y cristianos hipócritas que pululan por ahí”, a quienes miramos hacía abajo con afectación, como una plaga. Y no es broma! Como siempre he dicho, los cristianos tenemos varas de distintos tamaños, siendo la del perdón la más caleta, la que pasa piola, porque no ve, porque la podemos camuflar con depresión, enojo, angustia, stress y los hay más osados quienes le imputan el peso de su mala leche a los pobres y tristes demonios, ¿qué? ¿no?:
“es un ataque espiritual”
“tiene opresión demoníaca”
“ seguro que ha abierto una puerta”
“Ah no, te aseguro que es un espíritu familiar o un pecado generacional”.
Pero no nos detengamos ahí, no solo está el hecho de que la falta de perdón afecta nuestra vida espiritual y nuestras relaciones interpersonales, también afectan el carácter, la personalidad y la salud. Una persona resentida, es agria, mordaz, hipersensible, fosforito, de correa angosta, tiene un genio de la patada, todo le huele y todo le apesta, neurótica, paranoica, compulsiva, irritable, con tendencia a la depresión, el suicidio y un largo etcétera. Hasta dicen que el resentimiento es un desencadentante de la artritis y ciertos problemas con los huesos (pero obviamente no lo puedo asegurar). Como consecuencia, se vuelven volubles, siempre a la merced de los comentarios, las palabras, las actitudes, las acciones de la persona que los hirió o de quien les recuerda al agresor, viven siempre con temor de que si algo se dice o se hace o sucede es porque hizo algo mal, por tanto, evita tomar cualquier riesgo, cuida su reputación al máximo, cada paso es medido, calculado, incluso, hasta desarrolla una personalidad alternativa con el fin de esconder sus verdaderas emociones, para que nadie se de cuenta de lo que realmente es: una persona herida.. o por el contrario, usan su dolor para captar aceptación, valoración, atención y cuando no se la das: se ofenden, se molestan, “aquí no hay amor” o “que clase de cristianos son”.
La verdad de la milanesa es esta: Jesús nos dice que debemos perdonar infinitas veces a quien nos ofende-lastima-hiere, que el amor cubre multitud de pecados, que si alguien te da en el cachete pongas el otro y el que no ama no ha conocido a Dios. En verdad, el hecho de guardar rencor (por tanto, no perdonar) nos pone en un serio aprieto con Dios y con nuestro entorno, porque, y aunque te pinche el globo, NO ERES EL CENTRO DEL UNIVERSO. Bueno, las cosas no las tenemos fáciles, no tenemos opción, o perdonas o te soplas un árbol de amargura, si no perdonas no amas, si no amas no has conocido a Dios, si no has conocido a Dios pues tienes un pase VIP al concierto de “Luci y sus espectros”. ¿Para que dorar la píldora, así son las cosas?. Ojo que no estoy diciendo que no ames a Dios o que no creas en El, así que no te me ofendas y si lo haces piña.
¿Que hacer entonces?
No hay una receta infalible ni un manual con pasos a seguir. Cada caso, cada historia, cada problema son diferentes entre si, de la misma manera en que no hay dos seres humanos iguales, pero en cualquier caso no hay excepción a la regla: HAY QUE PERDONAR, ni vuelta que darle.
Es decir, decides, confrontas y luego viene la restauración y con ella la paz mental, espirital y física. Todo ello obviamente, de la mano de Dios, con el obrar del Espíritu Santo. Porque chikos, solos no la hacemos.
No dejes que el resentimiento y la amargura por falta de perdón tomen el control de tu vida. Decide perdonar. La vida es tan corta, tan temporal que no se puede desperdiciar energia alimentando un sentimiento tan retorcido que no solo te afecta a ti mismo sino a quien te rodean y quienes sufren las consecuencias son, sin lugar a dudas, las personas a quienes más amas. Así que, no vale la pena vivir así, sobretodo cuando la solución esta en TUS MANOS. Y por último, en este asunto, al único que le das balas para que te dispare es a tí mismo.
Ora y pídele a Dios que te perdone por no perdonar y que te guie en la dirección correcta.La Rorra
marysaenzp@gmail.com
martes, 10 de febrero de 2009
TWENTY ONE LOVE POEMS III - ADRIENNE RICH
Since we're not young, weeks have to do time
for years of missing each other. Yet only this odd warp
in time tells me we're not young.
Did I ever walk the morning streets at twenty,
my limbs streaming with a purer joy?
did I lean from any window over the city
listening for the future
as I listened here with nerves tuned for your ring?
And you, you move toward me with the same tempo.
Your eyes are everlasting, the green spark
of the blue-eyed grass of early summer,
the green-blue wild cress washed by the spring.
At twenty, yes: we thought we'd live forever.
At forty-five, I want to know even our limits.
I touch you knowing we weren't born tomorrow,
and somehow, each of us will help the other live,
and somewhere, each of us must help the other die.
martes, 3 de febrero de 2009
REFLEXION
Al pensar que es lo que quiero después de 33 años, respondo con un rotundo "NO SE"
PD: manden su regalo peeeeeeee