lunes, 22 de octubre de 2007

ADIOS PIARELLA, NOS VEREMOS EN EL CIELO...

Lamento mucho contarles que una amiguita, una niña partió al cielo el día sábado. Se fue con una sonrisa, con una paz que es para envidiar. Estamos tristes, pero ella ya está con su Salvador. Era una niña que creyó hasta el último instante de su vida, que Cristo podía sanarla.
Ante este tipo de situaciones, que nadie quiere, que nadie espera, uno se pregunta si verdaderamente está preparada para ir con el Señor. Mi esperanza por un futuro mejor me hace anhelar las moradas celestiales, mi amor por Cristo me hace anhelar estar en Su Presencia cuanto antes, pero ¿y mi amor por mi hija, por mi familia?. Al igual que Pablo, en Filipenses 1:22-23 "Ahora bien, si seguir viviendo en este mundo representa para mí un trabajo fructífero, ¿qué escogeré? ¡No lo sé! Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor.." tampoco sé que escoger. Me pregunto si estoy preparada, me pregunto como será, qué se sentirá. Tengo plena certeza en que por la gracia de Dios soy salva y en mi corazón está latente el deseo de Su Presencia. ¿Lo sientes tu también? Ese deseo que aviva el corazón y alimenta la esperanza y que nos hace permanecer firmes a pesar de la adversidad.
Vivimos una vida prestada, convivimos con la incertidumbre, con la fragilidad. No sabemos si el proximo minuto viviremos, respiramos aire ajeno, los sabemos! lo vemos a diario cada vez que encedemos la tv, que leemos un periódico, que un familiar tiene cáncer o nos despirta el teléfono para informarnos de una muerte. Pero no entiendo a los seres humanos, vivimos como si fuesemos eternos, como si nunca fuesemos a morir. Dejamos para mañana aquello que podemos y debemos hacer hoy y no es mera metáfora. ¿Hasta cuándo cerraremos los ojos a la realidad de nuestra fragilidad? Tampoco sabemos si vivirá nuestro padre, nuestra madre, nuestro cónyuge, incluso nuestros hijos, ¿los hemos amado lo suficiente? ¿saben que los amamos?
Estemos listos o no, querramos o no, un día, cerraremos los ojos para no abrirlos más a esta vida y despertaremos en la eternidad junto a Cristo o junto a Satanás y sus ángeles caidos en el infierno. Sea que lo creamos o no negemos esa es la realidad.
¿ESTAS PREPARADO?

2 comentarios:

Ricardo Botto dijo...

Rorra

Es un poco triste el enfoque que colocas; pero para Piarella es la felicidad plena ya que ella está en el cielo.

Sin embargo, ella partió antes de tiempo.

Dices que ella creía que Dios podía sanarla, pero eso no es suficiente para recibir de Dios.

En 1 Juan 5:14-15 dice: "Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos conforme a su voluntad Él nos oye, y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que le pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho".

Al decir "creo que Dios puede", estaba mostrando que no conocía la voluntad de dios en esa área de su vida.

La conocía plenamente en cuanto a la salvación y por eso está hoy en el cielo, pero no en cuanto a la sanidad divina.

En Marcos 1:40-42 un leproso se presenta con el mismo problema y le dice a Jesús: "Si quieres puedes sanarme".

El hombre sabía que Jesús podía, pero no sabía si Jesús quería; no conocía la voluntad de Dios acerca de su sanidad; y eso no le daba confianza para ser sanado.

Jesús le dijo: "Quiero, se limpio" (la limpieza del leproso implicaba que ya estaba sano); y al instante fue sanado.

en Hebreos 13:8 dice: "Jesucristo es el mismo, ayer y hoy, y por los siglos."

El sigue siendo el mismo.

Es una gran pena que Piarella se haya ido antes de tiempo; pero el problema es que ella anduvo en esperanza en el área de la sanidad divina, y la Biblia dice que recibimos por fe, no por esperanza.

Que Dios te siga bendiciendo

El Ciberpastor

http://elciberpastor.wordpress.com

Unknown dijo...

Hola Ciberpastor, muchas gracias por leer mi blog. Si es un poco triste el comentario, seguro por mi estado anímico. Creo que es un poco complicado el hecho de que tengamos que explicarle a una niña de 10 años lo que es o no suficiente. Ella creía con toda la fe que un niño puede creer "sin dudar nada".Lamentablemente, no sabemos cuales son los planes de Dios pero estoy segura que la decisión de llevarse a la amiguita de mi hija a los 10 años ha sido la mejor. Es cierto, partió antes de tiempo, pero se fue en paz y eso es un consuelo para nosotros.
k-riños,
La Rorra, Mary